Es muy desalentador ser percibido por los demás de una cierta forma, pero a medida de que se acrecientan las experiencias uno llega a desarrollar una personalidad con la cual uno debe cargar por el resto de la vida. Lo que es fácil e intuitivo para algunos será algo oscuro e incomprensible para otros y uno no puede dejar de ser percibido como realmente es por otros con sus talentos y fallas, estén bien repartidos estas o no.
La canción creep de Radiohead describe una de esta clase de experiencias, de estar inconforme con la forma como uno es percibido, reza así:
Pero yo soy un gusano,
soy un bicho raro,
¿Qué demonios estoy haciendo aquí?
No pertenezco a este lugar.
En la versión original la palabra gusano es la titular “creep”, la cual no tiene una traducción plenamente satisfactoria al español, al menos en su uso en el lenguaje regular y en esta canción.
“Creep” en este contexto es una buzzword que utilizaría una mujer rubia en una voz nasal para denominar a una persona que no le gusta, pero no cualquier persona sino una persona específica. El término es muy analógico y no se puede resumir en una sola sentencia pero si tuviera que intentarlo sería cualquier persona (hombre) que no encaje socialmente, por cualquier razón.
A pesar de que el término puede ser usado para describir a cualquier persona que está haciendo algo completamente en contra de los valores morales estándar (es decir actuando de forma atemorizadora, creepy) en nuestro contexto nor referimos a alguien que es extraño no que es amenazador aunque para aquel que quiera referirse a una persona de esta forma haya una comunión (normalmente ilusoria) entre estos dos aspectos.
Un gran creepologist es el artista y filósofo Henry Flynt, que escribe en su libro Blueprint for a higher civilization un capítulo entero titulado Creep. En este escrito Flynt describe al “creep” como un celibe involuntario que es incapaz de relacionarse con el mundo de los adultos normales, acerca de la personalidad del creep comenta:
”Cómo se siente débil e inferior en compañía de otros, y no puede mantener su autoestima, el creep se ve presionado a aislarse. Allí, el creep no tiene la presión de la presencia de otras personas para hacerle sentir inferior, para hacerle sentir que debe ser como ellos para no ser inferior. El creep puede desarrollar la mentalidad necesaria para diferenciarse. El creep también tiende a ampliar su vida de fantasía, para que ocupe el lugar de la vida interpersonal de la que ha sido excluido. La consecuencia importante es que el creep es llevado a descubrir una serie de valores positivos de la personalidad que no pueden ser alcanzados por el adulto maduro y casado.”
Yo también he sido llamado un “creep” aunque evidentemente no en esas palabras. Pero he sentido precisamente esto de lo que habla el texto de Flynt y la famosa canción de Radiohead. Sin importar cuánto lo intente existe un aura alrededor de mí que repele a la gente, un extraño (o muy común) sincretismo entre la apariencia y la personalidad que hace que la gente se sienta incomoda.
Cuando se trata de relaciones interpersonales siempre he sentido que hay sutilezas sociales que no entiendo y aspectos personales que me hacen siempre un creep, weirdo, etc.
Esta dislexia social me ha alentado a crear un mundo privado alterno a las demandas de la sociedad y la familia tradicional. Donde la gente de mi edad ama a sus novias yo amo a mi computador, donde la mayoría tiene entrañables amistades he historias yo tengo una lista de libros leídos, series vistas e información coleccionada que constituyen un rico diálogo privado conmigo mismo.
Bajo de estatura, de hombros cortos, postura incorrecta, estereotípica combinación de gafas y acné y completamente disfuncional en lo social, es imposible que me gane el verdadero aprecio de una mujer, y de esto se sigue que nunca sere parte de esa secta del fénix de los hombres comunes.
En el momento escribo esto porque envidio a aquellos que pertenecen pero espero que con el tiempo yo aprenda a olvidar que alguna vez envidie la vida de los demás. Con el tiempo disfrutare ser un creep, viviendo mi vida fria y metodicamente entre objetos amados, melancólico pero contento.
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